Y la crònica d'en Luigi !!!

Eran poco más de las 7h. AM (Hora Zulú) cuando 7 aguerridos soldados (llámenlos ciclistas de carretera) se citaron en las instalaciones deportivas de Martorell, bonita localidad del Baix Llobregat mundialmente conocida por la Solvay y por el peaje de la autopista, para afrontar una dura batalla contra los adversos elementos climatológicos y la dureza de la carretera. Esto…se me está yendo de las manos, todo para explicar que quedamos media hora antes para evitar, en lo posible, este calor que “tetorras” (vale, vale ya paro).

Paso a presentar a los protagonistas de la jornada; Jordi, Chus, Santi, Dolors, Enric, yo (el burro delante para que no se espante) y Abdel, un ciclista que no tenía el placer de conocer pero que parecía que apuntaba maneras. Su carta de presentación fue una bonita Mendiz F6 calzada con unas espectaculares ruedas Mavic de perfil alto. Además al ciclista de buena planta no le faltaba un detalle, venía full equiped con el uniforme de nuestra queridísima PENYA, parecía que había un nuevo gallo en el gallinero…

Presentaciones, bla bla bla, cimera al más alto nivel entre clubes locales (Enric hablando con Seve, el presidente de los beteteros MartorellBike) más bla bla bla hasta que arrancamos. Enfilamos hacia el Pont del Diable y antes de enlazar con la carretera de Las Carpas unos “alegres” ciudadanos de paseo con su coche nos dan los buenos días a golpe de bocinazos y gritos. Por suerte reinó la calma, el sentido común y no respondimos a las provocaciones. Esta sería la anécdota negativa de una espectacular jornada. 

Con la calma y entre charlas de carreras disputadas, próximos proyectos y vacaciones llegamos a Monistrol de Montserrat. Vaya tela, empezamos pronto con la subidas!!! La montaña puso a cada uno en su sitio. Es decir, delante el cuarteto más fuerte que el vinagre con el presi, Chus, Santi y Abdel. Les seguimos Dolors, un servidor y unos pocos metros por detrás Jordi. cada uno a su ritmo, nadie quería explotar antes de tiempo con lo que quedaba por delante. Vamos llegando a la barrera del Monestir y hacemos el primer reagrupamiento, barrita, agua, carretera y manta. En este punto Jordi nos abandonó, sabía que el calor aparecería más pronto que tarde y que nosotros somos unos inconscientes de la vida, savia decisión.

Bajamos dirección Marganell desde Can Massana a toda velocidad. Nos pareció ver a un zorro en la cuneta, que pasada!!!! Pero para pasada de frenada la que tuvo Dolors, nosotros giramos hacia Ódena por una carretera secundaria y ella quería ir hacia Manresa, cosas de mujeres… Ahora tocaba carretera “pestosa” hasta el punto del almuerzo. De nuevo cada uno en su sitio, el cuarteto de la muerte tirando y Dolors y yo guardándoles las espaldas desde lejos, ya habrá tiempo de apretar. Llegamos al destino de la manduca, buenos bocatas y buen servicio en aquella cafetería, a la que fuimos a parar después de que en otra “taberna” nos dieran esquinazo. Parece mentira que la gente no tenga ganas de trabajar con el paro que hay…y la de ciclistas hambrientos que corremos  por el mundo. Charleta, fotos, queixaladas y para terminar, café, copa, puro y pastillas “raras” que alguno de la grupeta se metía en el bidón del agua, eso es Dopping seguro!!!

Tiramos para Igualada, eso sí nos costó dar con la salida del pueblo (prometo que no hubieron chupitos esta vez). Pero antes asistimos a un espectáculo inédito. Nuestro querido presidente hizo una exhibición de manejo, destreza y coordinación sin igual encima de su bicicleta. Nos enseñó la correcta técnica del Ciclocross en una pista de tierra y se libró (por los pelos) de besar el suelo.  Hay quien dice que el año que viene se cambia de modalidad… El tramo hasta Castellolí pasó sin pena ni gloria, algunos coches deportivos en las inmediaciones del circuito pero nada remarcable, hasta que llegó el festival.

“Ahora viene una rampa bastante dura, guardad fuerzas” o algo así nos advertían desde la presidencia. A la salida de Castellolí nos esperaba una fenomenal pared de asfalto (la primera de las dos que afrontaríamos en esta jornada) menos mal que no era muy larga, pero lo suficiente para que el bocata de bacon y queso se me atravesara de golpe. Nos reagrupamos de nuevo y hacemos unos metros por el arcén de la A2 para conectar con el siguiente puerto. Por fin, unas rampas que me conozco!!!

Delante nuestro el Coll del Bruc. Voy buscando posiciones dentro del mini pelotón. Había estado guardando fuerzas durante la salida, sabía que el recorrido iba a ser exigente y “la cosa no es como empieza, sino como acaba” y yo quería acabar bien. Mi objetivo era no despegarme de los de delante durante el ascenso, este mini puerto no es muy largo, tampoco duro, pero todo depende del cristal con que se mire…y la velocidad a la que se suba. Casi sin pensarlo nos quedamos en cabeza Enric, Abdel y yo. El ritmo comienza a ser alegre y el presi parece que no quiere hacer prisioneros en esta batalla. Mi pulsómetro empezaba a quejarse. 88% 90% 96% Como si hubiera marcado 150%!!!  En esa subida no pensaba bajar los brazos y descolgarme no era una opción. Seguimos con las revueltas. Abdel pregunta “Falta mucho”??? y el presi, en un movimiento estratégico sin igual contesta sin vacilar “SÍ” Aquello acabó de minar la confianza del amigo de la Mendiz y este se descolgó un poco, unos metros, aunque tampoco faltaba tanto para coronar, verdad Enric??? 

Llegamos hasta Montserrat Park y afrontamos los toboganes hasta el Hotel Bruc como jabatos, como si no hubiera un mañana. Llegados a un punto me pongo a la par del presi. El me mira con una sonrisa en la cara y me comenta “Molt Bé Luigi!!!” pero su mirada parece decir “que cabrón el pequeñajo este, no lo he podido descolgar” Juas!!!  Yo no cabía en mi pequeño cuerpecito, le había aguantado un asalto al Enric. Aunque nunca sabré si el boss iba a tope o me dio un poquito de “peixet” 

Reagrupamiento en el Hotel de las bananas. Bajamos hasta el pueblo en busca de agua y tiramos hacia Collbató, no sin antes intentar acabar en el cuartelillo de algún cuerpo policial (Mossos??? Guardia Civil??? Municipales???) por llevar un sentido de la marcha digamos algo “confundido”. Entramos en una urbanización, creo que Can Dalmases, buscando la residencia EADA y enfilamos una larga recta por medio de aquellas casitas para dar con el segundo (y último) muro del día. El calor apretaba, las fuerzas justas, pero dimos otro pequeño arreón para acumular ácido láctico en las patitas. Menos mal que acabó pronto aquel calvario. Bajamos dirección Esparreguera pasando por la urbanización Mas d'en Gall, cuidando en cada cruce las precauciones y vigilando el pavimento que presentaba un asfalto irregular. 

A partir de aquí la bandera blanca hizo acto de presencia en el seno del grupo y decidimos ir como los habitantes de Fuenteovejuna. Eso sí, parando a buscar agua en cada pueblo, en cada parque, había algunos que tenían más sed que el que se perdió en la isla. Bonito lo que sucedió en la carretera de Las Carpas. Todos en fila de a uno, "jugando" a ser ciclistas y dando relevos de una forma ordenada y casi casi profesional. Me gustó mucho ese entendimiento entre nosotros, compañerismo después de más de 120 km de pasión y fuerzas dejadas sobre el caliente asfalto de un domingo de verano. 

Ah!!!  Se me olvidaba comentar la cervecita "de homenaje" que nos dimos en la Xerradeta. Lástima que Santi tenía mucha prisa y no se pudo quedar a saborear las mieles del trabajo bien hecho. Allí nos esperaban algunas unidades del Grupo A y otras personalidades del Grupo B que optaron por una salida alternativa. Sea como fuere en ese bar había un ambiente especial, con sabor a ciclismo, que volveremos a probar lo más pronto posible (si nuestras mujeres nos dejan, para que negar la evidencia). 

Sin más se despide de todos ustedes un aprendiz de todo y maestro de nada, un picaflor que le ha dado ahora por la bicicleta de carretera y que lo está disfrutando en compañía de la Penya Ciclista Martorell. Hablando de la Penya, el domingo que viene última salida para llegar al parón veraniego. No se la pierdan, pasaremos lista y volveremos a sudar la gota gorda. Será otra nueva excusa para tomar una cerveza entre amigos. 

Luis T.